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HISTORIA DE LA MARCA

Inconscientemente, Mey era el apelativo de un niño que nació en el núcleo de una familia humilde durante su niñez. Hasta los 10 años, no sufrió en el sentido de la alimentación; era inocente y aún no sabía que existía la pobreza. Pero inconscientemente, estuvo dentro de ella junto a sus padres y otros humanos; él era conocido como “mey el travieso”. 

Mey, el niño que robaba a sus padres, a sus 7 años, sabía de la existencia y el valor que tenía el dinero, ya que adquiría lo que quería. Su infancia cambió cuando cumplió 10 años, sus padres estaban divorciándose y llegó la miseria, la escasez, el sufrimiento. Él identificó los cambios repentinos. El travieso mey se transformó; sabía que tenía que ayudar a su madre con 5 hijos, siendo él el segundo. Su viaje comenzó con la frustración de no lograr lo que anhelaba. 

Desafiando las normas educativas, muchas veces en la sociedad, pasó por todas las escuelas que tenía Palora, su pueblo. Algo le decía que no era para él ser parte del sistema educativo. Empezó a investigar cómo hacerse millonario ya con 16 años. ¡Y empezó! 

Con el sueño de ser empresario, sabía e inició con un taller de bicicletas. En menos de un año cerró, pero sabía que con eso no podía hacerse millonario. Pasaron 2 años, puso 3 negocios en menos de 2 años, ¡y también quebró! Ya tenía 22 años y entendía bastante de negocios. Empezó a viajar a Colombia y Perú por negocios y le acompañaba un sueño tan grande en aquel entonces: poner una empresa. Era tan grande, ya que había vivido inconscientemente desconociendo su potencial. Llamar empresas era una cosa grandísima, enorme, algo que no cualquiera podía tener, y de pronto esa luz en su Ser se iba apagando. Pero algo le llamaba la atención, simpre y era su nombre “mey”. De pronto, en algún momento, uno de sus humanos le dijo “meytrix” y sintió algo más allá del ser común. Él sentía en su ser que no era algo común, pero bueno, seguía su vida. Pasaron unos meses, se casó inconscientemente con la decisión de salir del país legalmente, y ya saben la historia de una pareja, ¡pero nada! ¡No pudo en unos intentos! Y de pronto volvió a salir y llegó a los Estados Unidos. Y ahí entendió que era “mey”, ya que no era su nombre. Antes les contaré cómo: en su juventud, él se había dicho inconscientemente que iría a Estados Unidos caminando atravesando países desde su pueblo cuando era un adolescente. Niño, pero con un deseo tan grande que él inconscientemente había afirmado que sería así, y así fue. También dijo que a los 25 años tendría su hija y se llamaría Victoria. Él cumplió 25 años, y después de 14 días nació su hija llamada Victoria. Todo esto sucedió sin darse cuenta. Hoy en día identifico el poder del deseo. 

Cuando estuvo dentro de los Estados Unidos, se dio cuenta del sistema entre ricos y pobres en un país tan potencial existía eso llamado pobreza. Él eligió el camino de la riqueza, y para eso tenía que gatear nuevamente, sin saber inglés ni tener documentos. Pero él volvió a pedir un deseo, y ese deseo hoy está hecho realidad. 

Empezó a estudiar y a tomar mentoría con personas que ya tenían los resultados que él buscaba, y empezó a estudiar durante las noches leyes universales, el poder del ser humano y más. De pronto, se le puso en frente un “sistema” que se identificaba como “matrix”. 

Hoy en día, se da cuenta de que la vida le estuvo dando por dónde empezar para que el éxito le llegara a su vida y a sus familiares. ¿Por qué? Porque el nombre “mey” nunca permitió que se quedara en el sistema “matrix”. 

Hoy, esa visión se ha convertido en Meytrix, una marca comprometida en la innovación de calzado, dando la mejor calidad, ya que son los pasos que damos en la dirección que decidimos caminar. Hay dos caminos: Matrix y Meytrix. 

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